Izquierda y moda

Por: Omar Eduardo Bohórquez

Hay algo en que la izquierda le ha ganado, en Colombia y en el mundo, a los sectores conservadores de la sociedad, y es en dominar el espectro de todo aquello que se considera “está de moda”, de todo aquello que, como dirían los norteamericanos, es “cool”. Dicho de otra forma, de todo aquello que le gusta a la juventud.

Prueba empírica de esto, es que los más jóvenes andan con camisetas del Che Guevara, y no con camisetas de Pinochet, portan el pañuelo palestino “kufiyya” (ese que usaba Yasser Arafat) y no las kipá o las talit de los judíos, y predican como un dogma de fe la tesis de que el calentamiento global es consecuencia exclusiva de la mano del hombre. Lo curioso del asunto es que todo lo que se ha dicho a lo largo de los años en contra de Pinochet, se puede predicar perfectamente del Che: asesino, violador de derechos humanos, entre otras linduras; que tanto la causa palestina como la judía tienen argumentos a favor y en contra; y que la tesis de que el calentamiento global obedece a que estamos atravesando una era interglacial, tiene el mismo peso científico de la que predica que es culpa exclusiva del hombre.

Desgraciadamente, ese decantamiento no es producto del conocimiento o del análisis de parte de sus seguidores, sino de que la izquierda local y mundial, hábilmente, han conseguido convertir todas esas causas en moda de consumo rápido. No sólo eso, se ha impuesto, además, el falso paradigma de que todo lo que tenga que ver con el arte, con la cultura, con lo lúdico, con el apoyo de causas nobles, es territorio exclusivo de la izquierda. El perfil que la izquierda, exitosamente, ha creado de sí misma, es el de jóvenes sin un peso en el bolsillo, pero felices, muy creativos, ansiosos de salvar al mundo de su perdición. Del mismo modo, se ha conseguido implantar la idea de que el pensamiento conservador es sinónimo de avaricia, de vulgaridad capitalista, de insensibilidad social, bajo la imagen de viejitos millonarios, rezanderos y retrógrados, que se mueren de tedio en sus mansiones, imagen con la que nos han tratado de retratar algunos directores de revistas pseudo eróticas de este país.

Y hemos llegado a este extremo, no sólo por la proactividad de la intelectualidad izquierdosa reflejada en pensadores como Sartre o Chomsky, sino porque los sectores conservadores de la sociedad y de la intelectualidad tampoco han hecho gran cosa al respecto. Sea este el momento para recordar cómo esos representantes de la izquierda intelectual en sus distintas expresiones (literatura, música, cine) una vez conseguido el éxito, nunca han sido ejemplo de generosidad con sus millonarias royalties, tanto así que se les conoce con el epíteto francés de divine gauche, o, colombianizando la expresión, “comunistas de salón”, pero esto será tema de otro artículo.

En otras latitudes, esas causas “de moda” hacen que los jóvenes se den por satisfechos participando en marchas, enfundados en sus camisetas del Che y sus kufiyya, que tiren piedra de vez en cuando, pero el problema en Colombia es que esas modas son utilizadas perversamente por los sectores proclives al terrorismo, y que jóvenes que en principio solo querían sentirse vivos tirando piedra en nombre del bien común, que sólo querían protestar, terminen enredados en la telaraña del narcoterrorismo fariano y eleno, o de sus onegés afectas.

Es momento de acabar con esa convicción errónea, pero generalizada, de que el arte, la cultura, las causas nobles, el altruismo, lo “cool”, son territorio exclusivo de la izquierda. A los sectores conservadores de nuestra sociedad, y con ello quiero ser mucho más amplio que el sentido estrictamente partidista de la acepción, también nos gusta la diversión sana, la buena literatura, el buen arte, pretendemos que la riqueza llegue a todos los sectores de la población, nos preocupamos por el calentamiento global pero primero conociendo sus verdaderas causas. Que nosotros, jóvenes o no tan jóvenes, también disfrutamos de la vida.

Publicado en: El Colombiano | 19 de enero de 2011 | página 2A | Izquierda y Moda